El primer año de la nueva legislatura italiana, tras las elecciones de 2022, termina para nosotros, los italianos en el extranjero, con algunas luces y muchas sombras. Lo más destacado está relacionado con algunos resultados importantes obtenidos gracias al trabajo en el Parlamento de los diputados y senadores elegidos en el extranjero del Partido Democrático, siete parlamentarios sobre un total de doce de la circunscripción extranjera.

El aumento de 650 nuevos empleados en la red consular es resultado de una iniciativa de los diputados del PD que luego obtuvo el apoyo del gobierno y de los partidos que lo apoyan; lo mismo ocurre con los fondos que permitirán ajustar los salarios de los empleados con contratos locales en los consulados, el mayor contingente de trabajadores de la red exterior de la Farnesina; también la asignación de más de cinco millones de euros a los proyectos de las Cámaras de Comercio italianas en el extranjero se debe a una enmienda presentada por los diputados del Partido Democrático en la última ley presupuestaria. El mismo compromiso lo haremos en las próximas semanas, cuando comience en Roma la discusión y votación de la ley de presupuesto para 2024. Un año significativo, también porque será el año del "turismo de las raíces"; una iniciativa importante y oportuna, por la que dediqué mucho esfuerzo en Italia y en el extranjero, presentando sus aspectos estratégicos e innovadores; un proyecto, sin embargo, que todavía lucha por despegar y que el gobierno debería llenar de recursos y contenidos para garantizar que cada descendiente de italianos en el mundo pueda tener una oportunidad concreta de elegir Italia como destino de su viaje de raíces. Las sombras, sin embargo, son muchas y quizás mayores que las luces de este primer año de Parlamento y gobierno. Los recursos para la lengua y la cultura italianas en el extranjero y el funcionamiento de los Comités y del CGIE siguen siendo escasos e inadecuados para los importantes objetivos de promover la cultura italiana en el mundo y apoyar el sistema de participación democrática de nuestros compatriotas. El CGIE fue convocado más de un año después de su elección y esto ciertamente no fue una señal de atención a nuestras comunidades en el extranjero. Además, la red consular sigue adoleciendo de falta de recursos y personal; Los únicos recursos adicionales son el resultado de mi ley de 2016, que hoy permite a los consulados utilizar el 30% del fondo de ciudadanía, mientras que el personal sigue siendo insuficiente, especialmente en América del Sur, donde vive el mayor número de nuestros descendientes. Por el contrario, deberían realizarse nuevas inversiones, también para garantizar que proyectos como el "turismo de las raíces" no se queden en meros eslóganes y declaraciones de buena voluntad; La inversión en informatización y digitalización, por ejemplo, es cada vez más urgente y apremiante para mejorar servicios como Prenotami, actualizar el Anagrafe y evitar estafas informáticas por parte de terceros.

La información para los italianos en el extranjero también se ve afectada; durante el año que termina hemos denunciado las graves injerencias que llevaron a la suspensión de fondos a "Gente d'Italia" y otras situaciones similares (menciono entre ellas "LA VOCE D'ITALIA") penalizadas por una ley inadecuada y presa fácil a censores y burócratas que, en lugar de apoyar el derecho a una mayor información, terminaron siendo cómplices del probable cierre de estos importantes diarios. Por estos motivos, los meses que nos esperan no serán fáciles pero no nos verán de brazos cruzados, al menos en lo que a mí respecta. Y es por eso que tengo el placer de invitarles a leer esta newsletter, con un resumen de las principales iniciativas llevadas a cabo durante los últimos meses.

Feliz lectura a todos y hasta pronto.